martes, 14 de diciembre de 2010

Poesia en el mar..


Miro al cielo y cuento cada estrella.
Ojala leas en ellas lo que no me atrevo a decirte, lo que no encuentro palabras para empezar, ni sonrisas con que acompañarlas.
Observo las olas que se remueven inquietas en el silencioso mar, son ellas las que me recuerdan tus ojos azules fijos en los míos, observando cada gesto que te expreso, cada palabra que te dedico. Estiro la mano, para acariciar con mis dedos la suave espuma que las olas traen consigo, cierro los ojos y me imagino que es tu mano la que rozo, un dulce tacto. Me llevo la mano a los labios, donde saboreo el salado sabor del mar, ojala lo pudiera compartir contigo, de mis labios a los tuyos, y juntos perdernos en un largo beso acompañado del rumor del agua azotando la orilla de la playa, mientras que la luna curiosa nos observa desde lo alto del cielo, y comente, celosa, con las estrellas lo mucho que yo te quiero.

Poesia. Luna.

Otra noche más, otra noche que acompaño a la Luna en sus paseos nocturnos, persiguiendo a las estrellas, que nos ciegan con su brillo.
Vuelo alto junto a ella, es mi mejor compañera. Pero cuando desaparece me doy cuenta que tengo una compañera más fiel, la soledad. Ella si que me acompaña noche si y noche también en mi fría cama. En los días tristes y oscuros, es ella la que me da la mano invitándome a permanecer a su lado.
Y es ahí cuando grito ¿Luna, dónde estás? Maldigo a mi corazón que quiere desaparecer con Soledad y alejarse de ti, Luna. Pero lo obligo a resistir por ti, para poder acompañarte una noche más y así alejarle del dolor que desprende Soledad. Pero cada día se disfraza más elegante, haciéndome creer que solo existe ella. Se hace fuerte dentro de mí, lo sé. Pero yo sigo repudiándola, no la quiero tener.
Hoy anochece lloviendo, no te puedo acompañar para hacernos con la ciudad. Mi corazón siente nostalgia por otra alma junto a él, y Soledad quiere seguir engañándole para que pierda la esperanza de cumplir su gran deseo, para calmarlo. Pero él aun me hace caso a mí, y no decae aunque haya tropezado hace tiempo. Sigue en pie, sosteniéndole el deseo de tenerte junto a mí.
Mi luna, como decirte lo mucho que te quiero sin que desaparezcas otra noche, cómo hacerte ver que respiro por ver tu reflejo en tu espejo, el mar. Cómo enseñarte que eres mi primer suspiro al dormir y el primero aliento al despertar. Cómo decirte que eres por lo único que cometería mi mayor locura. Cómo decirte que eres mi inspiración y mi mejor verso. Cómo decírtelo si no me escuchas, porque ya te robaron el corazón. Se me adelantaron, y como una idiota dejo que así sea.
Aun así, te quiero acompañar hasta el fin.